Hablar de inclusión es hablar de encontrar similitudes en nuestras diferencias y aceptarnos para formar un mismo equipo en los diferentes ámbitos de nuestra vida.
Y hablar de la inclusión de las mujeres es tener siempre presente que desde 1911, primer año que se celebró el Día Internacional de la Mujer, hemos visto numerosos avances y su incursión en todos los campos, con impacto en su vida personal, familiar, profesional y en la sociedad, como:
- Derecho al voto.
- Ocupar cargos públicos.
- Acceder a posiciones de liderazgo
- Participar en las fuerzas armadas.
- Administrar sus propios bienes en el matrimonio.
- Derecho a elegir su estado civil.
- Planificar su familia.
- Vestirse con libertad.
A pesar de estos logros aún hay mucho por hacer; según un artículo publicado por la BBC, antes de la Pandemia del 2020 teníamos estos datos de la ONU:
- 2.700 millones de mujeres no pueden acceder a las mismas opciones laborales que los hombres.
- Hasta el 2086 no se cerrará la brecha salarial si no se contrarresta la tendencia actual
- Las mujeres ocupaban solo el 28% de los puestos gerenciales a nivel mundial en 2019, y solo el 18% de las empresas encuestadas tenían una directora ejecutiva en 2020.
- Hasta el 2020 los escaños parlamentarios ocupados por mujeres no superaban el 25%.
- La presencia de mujeres en los gabinetes ministeriales está por debajo del 22%.
- De las 500 personas en puestos ejecutivos que lideran las empresas con mayores ingresos en el mundo, menos del 7% son mujeres.
- En los campos de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, la participación de las mujeres es menor al 35%, y las mujeres representan menos de un tercio de los investigadores del mundo.
- Un 9,2% de las mujeres entre 45 y 49 años nunca tuvieron hijos.
- Una de cada tres mujeres sigue sufriendo violencia de género.
- En los 92 años de historia que tienen los Premios Oscar, sólo cinco mujeres han sido nominadas en la categoría de Mejor Director; de las cinco, sólo una ganó el premio (Kathryn Bigelow).
La Pandemia ha estancado los avances de la mujer hacia la igualdad, mostrando las siguientes cifras:
- Solo el 47% de las mujeres del mundo están empleadas, esta cifra no se ha modificado en los últimos 25 años.
- Apenas 20 son jefas de Estado o Gobierno
- Solo un 50% puede decidir utilizar métodos anticonceptivos
- El 75% de los padres solteros son mujeres.
- Más del 70% de los trabajadores en el sector de la salud está representado por mujeres, por lo que se enfrentan a mayores riesgos de infección (en relación a la Pandemia) que los hombres en el lugar de trabajo.
Y debemos considerar también los efectos directos de la Pandemia en las mujeres: tanto la que tenía un trabajo fuera de casa, o la que administraba el hogar. Las medidas para contrarrestar la Pandemia generaron que a las labores diarias de la mujer se le adicione la atención de los hijos que empezaron a estudiar desde casa y atender al 100% las labores del hogar, puesto que no se contaba con ayuda externa por evitar riesgos de contagio. Una gran oportunidad para mostrar la inclusión desde el hogar, ha sido dividirse las tareas con el cónyuge o el resto de la familia en 50 -50%, práctica que ha aplicado muchas familias, pero aún queda camino por recorrer.
Dicho esto, ¿Qué está en nuestras manos para seguir haciendo un mundo más inclusivo entre mujeres y hombres en todos los ámbitos?
Partiendo desde nuestro propio entorno:
- Dividir las tareas de la casa y la crianza de los hijos, concientizándonos que las tareas del hogar y cuidados de los niños deben realizarse de manera compartida. Esta corresponsabilidad contribuye a enseñar a las nuevas generaciones para que el futuro sea cada vez más igualitario e inclusivo.
- Querernos y valorarnos tal como somos en apariencia física y en el interior.
- Consumir libros, películas, artículos, podcasts creados por mujeres.
- Ejercer los derechos políticos informándonos y considerando votar por mujeres cuya propuesta política sea coherente con nuestra posición política.
En el ámbito profesional, como colaboradores:
- Desarrollar una línea de carrera fomentando el autodesarrollo y capacitación, para poder acceder a las oportunidades laborares de manera equitativa.
- Trabajar en nuestra marca personal y laboral.
- Hacer escuchar nuestra voz con opiniones y juicios de valor.
- Ser inclusivo en el grupo de trabajo con el resto de los miembros del equipo sin marcar diferencias.
- Desarrollar una buena red de contactos.
- Eliminar Sesgos Inconscientes.
- Capacitarse y buscar información sobre como promover una Cultura Inclusiva
En el ámbito profesional, como decisores:
- Incorporar en el equipo el concepto de “Eliminar Sesgos Inconscientes”.
- Promover el Liderazgo femenino justo y meritorio, buscando atraer y desarrollar el mejor talento y asegurarle vías de desarrollo.
- Adoptar programas o políticas de tiempo flexible para madres y padres, adicionales a los legales, que presencial o virtualmente deben tener un espacio para gestionar con tranquilidad reuniones con médicos, profesores, etc.
- Horarios alternativos de trabajo y/o teletrabajo de manera que se pueda conciliar la vida laboral con la personal – familiar. Tener la posibilidad de ajustar nuestros horarios de trabajo de manera que también podamos atender los temas familiares (home school, tareas de los hijos, atención a los padres mayores).
- Difundir las certificaciones de “Inclusión de género” mínimo una vez al año en todo el personal.
- Practicar el proceso de selección de personal imparcial (eliminar el prejuicio de si uno de los postulantes es mujer, tiene hijos y está casada, no rendirá o se esforzará igual que un candidato varón).
- Fomentar las mismas oportunidades para todos los colaboradores independientemente de su género.
- Otorgar salarios iguales independientemente del género del colaborador.
- Tener una línea o espacio de escucha para atender casos en donde no se practique la igualdad de género.
Si bien es cierto que la conmemoración del Día de la Mujer es un día para celebrar los logros y seguir trabajando por los objetivos en busca de una real Cultura de Inclusión, queda mucho por hacer, más aún con el retroceso que ha generado la pandemia.
Por eso, si somos líderes de organizaciones, tenemos la gran responsabilidad de revisar la estrategia de inclusión, planificar los programas enfocados en la igualdad de oportunidades, revisar el impacto real que tienen en las mujeres y hombres para que el entendimiento de que equipos mixtos, liderazgo mixtos, llevan la organización a otro nivel.
La pandemia no nos puede detener!
Fuentes: